Si has visto “Kiki el amor se hace” seguro que recuerdas la escena en la que el personaje de Paco León va a hablar con su amiga al local donde trabaja y se encuentra una fiesta en la que todos van vestidos de animales antropomorfos. Pues el término Yiff está íntimamente relacionado con todo ese mundo.
Te cuento desde el principio.
Existe una subcultura llamada Furry Fandom basada en el género Furry, que no es más que ficción basada en animales antropomórficos. El antropomorfismo se refiere a la atribución de características y cualidades humanas a animales u objetos (entre otras cosas). Estoy segura de que ahora mismo se os están viniendo a la cabeza muchas películas y series con este tipo de animales y ni siquiera sabíais que pertenecían a este género, o que este género tuviera un nombre, o siquiera que existiese.
Los furrys (miembros de esta subcultura) realizan convenciones donde hay charlas de debate, visionado de cine relacionado, venta e intercambio de arte furry, etc.
Y llegamos al meollo del asunto. El término Yiff se utiliza para referirse a la actividad sexual dentro de la subcultura del Furry Fandom. No solo en cuanto a las relaciones íntimas en sí, también a objetos, acciones o pornografía entre otros.
La teoría más aceptada sobre la naturaleza de este término es que los zorros cuando se aparean hacen un ruido parecido a la pronunciación de este término. Cuando dos furrys mantiene relaciones sexuales se le llama Yiffear. Y como en casi todo, existen multitud de términos para describir específicamente ciertas cosas como por ejemplo ser un “yiffi skin”, que significa ser un furry activo sexualmente.
Como todo lo que se sale de la norma o de la moral sexual establecida, esta actividad ha generado mucha controversia y por ello, mucha gente perteneciente a esta subcultura intenta desvincularse de ese término (Yiff).
No hay pocos artículos donde se da a entender que la gente aficionada a mantener estas relaciones disfrazados de animales antropomorfos es zoofílica, personas que sienten atracción sexual o realizan actos sexuales con animales. Y no solo esto, también en ocasiones son tachados de sufrir dismorfia, sintiendo que no han nacido en el cuerpo adecuado.
Obviamente no tiene nada que ver con una cosa ni con la otra. Seguramente dentro de este colectivo habrá alguien con este tipo de “afecciones”, pero como en todos.
Esto es simplemente un fetiche, que dentro de la libertad de cada persona y del consenso de nuestra pareja sexual está perfecto.
Si te faltaban ideas y te gustan los juegos de rol con disfraz, puedes probar con algún animalillo, no te hace falta ser furry para probar cosas nuevas. ¿Qué me dices?
Ilustración: Laura Candy
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