Los juguetes eróticos se remontan a la edad de piedra, por más que creamos que ahora estamos inventando la rueda. Pero en todo el tiempo transcurrido desde entonces nunca hubo un juguete que acaparara tanta atención mediática como lo están haciendo los succionadores de clítoris.
REVOLUCIÓN
El único producto que, según recuerdo, fuera capaz de dar un poco de luz fuera del sector a los productos eróticos fue el primer WeVibe; aquella, entonces, revolucionaria pinza vibradora para usar en pareja. De eso hará, mínimo, 10 años, sino más. A pesar de ser un descubrimiento y estar en boca de muchas parejas de entonces, ni mucho menos fue capaz de alzar la revolución sexual que han logrado los succionadores.
Aunque el máximo boom de éstos tuviera lugar el año pasado, haciendo que fuera uno de los temas más recurrentes de conversación, de humor e incluso de enfado, no es una tecnología tan nueva. Yo misma tengo succionadores desde el 2016, y ya llevaban años en el mercado.
ÉXITO
Este éxito de los succionadores se debe en parte a la funcionalidad del producto y el placer que es capaz de proporcionar, pero en gran medida a un marketing extraordinario que ha sabido colarse en escenarios que nada tenían que ver con el mercado erótico para llegar a mucha más gente.
De pronto quienes decían no masturbarse y se sonrojaban con sólo oír hablar de sexo, pasaron a enamorarse de los succionadores de clítoris, a hablar de ello a cualquiera que quisiera escuchar, a cantar sus alabanzas en público sin pudor alguno… Los succionadores de clítoris supusieron un cambio de paradigma para muchas personas que se embarcaron en el viaje de disfrutar de su sexualidad.
Pero con las alabanzas llegan las expectativas. Quizá demasiado altas. Promesas de orgasmos en menos de dos minutos, un placer inigualable a ninguna otra práctica o juguete, eyaculaciones femeninas a grifo roto, paroxismo convulso, el éxtasis de Santa Teresa…
¿SON LOS SUCCIONADORES LA PANACEA DEL PLACER SEXUAL?
Igual que si habláramos de cualquier otro juguete erótico, todo dependería de opiniones, pues el placer sexual es una de las cosas más subjetivas.
Podría decirte que rindas pleitesía a tan maravilloso invento, le pongas un altar a tu succionador (o el de tu amante) y sueltes innecesarios discursos captadores a quienes todavía no se han rendido a la succión clitoriana. Pero también podría decirte que sé volar, y tendría la misma validez y sentido.
Los succionadores de clítoris proporcionan una estimulación diferente, pero no necesariamente agradable para todas las vulvas y clítoris. Aún no se ha inventado ni un solo producto erótico que no tenga detractores, ni se inventará, pues como decía antes, el placer sexual es subjetivo, y es imposible complacer a toda la población con un solo juguete. Si crees que me equivoco, dame un ejemplo.
Desde mi punto de vista, los succionadores de clítoris son un gran invento, pero ni mucho menos la respuesta a todos nuestros orgasmos.
PROMESAS
Muchos de los succionadores del mercado se venden como creadores de orgasmos cuasi instantáneos, y nada más lejos de la realidad. Aquí depende de la sensibilidad de cada persona, de su estado de ánimo, su excitación, si tiene ansiedad, estrés, preocupaciones, o si está tomando medicación entre mil cosas más.
Comprar un succionador de clítoris no es asegurarse un orgasmo apenas lo saquemos de la caja. Nuestra mente debe ser capaz de discernir lo que es una realidad, lo que es una generalización, una suposición, y una mera propuesta de marketing. Sin que eso nos presione o aflija si no es nuestro caso. Nos correremos cuando queramos/podamos hacerlo, a nuestro ritmo, al de nuestro clítoris, al de nuestra mente.
HOMBRES AL BANQUILLO…O NO
Como te conté en Perdiendo el miedo a los juguetes eróticos, los succionadores o cualquier otro producto erótico no debe entenderse como sustituto de nada ni de nadie.
Quien piense que tener un succionador es motivo para desplazar a la pareja, sea del género que sea, necesita reflexionar. No debemos olvidar que es un objeto, objeto que cuenta con una tecnología concreta que proporciona una estimulación determinada.
Tener un sillón de masaje, por ejemplo, no nos hace eliminar de la ecuación un masaje humano, simplemente es un complemento. Algo a lo que recurrir cuando no hay quien pueda darnos ese masaje, cuando esas manos humanas están ocupadas en otro lugar de nuestro cuerpo, pero el cuello sigue con aquella contractura… Supongo que entiendas mi metáfora.
ORGÍAS DE PLACER
Montárselo a solas con un succionador de clítoris está muy bien, pero convertirlo en compañero de juegos cuando tienes un encuentro erótico con tu pareja o amante, es mucho más interesante.
Pero, ¿por qué quedarse ahí? ¡Monta una orgía si lo deseas! No te preocupes, con un mínimo que abras tu mente tu relación no se resentirá. Mi propuesta es que cuentes con más de un juguete erótico, para ti, para tu pareja, para usar a la vez, para masturbaros mutuamente… ¿Quién dijo que la orgía no podía ser entre tu pareja, vuestros juguetes y tú?
Baja del pedestal al succionador y deja que comparta nivel con otros juguetes, la variedad enriquece la experiencia, ¿no crees?
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Autora de la web «Mamá, no leas» Gwen es una excelente redactora. No se le escapa un punto fuera de sitio, y es capaz de detectar una falta de ortografía a 5 kilómetros de distancia. En erotic.cat tenemos la suerte de contar con ella para recomendaciones eróticas de lo más interesantes. No te pierdas a esta gran sexblogger.
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