Cuando sale la conversación del sexo anal, en especial cuando sucede estando en grupo, se distinguen varios tipos de personas.
Hay quien se ruboriza porque lo ha pensado pero no se ha lanzado por sus prejuicios o vergüenza, quien lo ha probado y te lo venderá como la panacea del placer, quien jamás lo ha pensado y lo vé denigrante, quien lo ha probado y lo tiene como una práctica más, quien también lo ha probado pero lo odia, y quien mira con curiosidad a quienes sí han experimentado el placer anal, buscando conocer más e incluso lograr ese empujoncito que les falta para dejarse llevar.
Lo irónico es que puede darse que una misma persona pase por varios de esos personajes, no sólo a lo largo de su vida, que sería lógico, sino en la misma tarde.
¿QUÉ OPINIÓN TENEMOS DEL SEXO ANAL?
Claramente la opinión del sexo anal, como del resto de temas que nos rodean, es muy subjetiva y varía dependiendo de la persona, su estado de ánimo actual, en qué situación se encuentre, la información que tenga y otros infinitos factores.
Es poco frecuente que alguien, con la mente abierta, permanezca inmóvil con una opinión si el resto de factores cambian, a menos, claro, que pueda afectar a tu ética.
No obstante, a grandes rasgos entendemos el sexo anal como una práctica erótica más intrusiva que otras; algo que puede ser sucio; algunas personas lo prefieren al sexo vaginal por engañarse con que de esa forma no pierden la virginidad; quienes creen que incluso un pequeño dedo en su ano les cambiará de forma mágica la orientación sexual…
¿POR QUÉ EL ANO?
¿Por qué no? Exploramos sin tantos reparos otros rincones de nuestra anatomía, pero en lo que se refiere al culo, es como si lo cerráramos por miedo a que se nos saliera el alma, o algo similar.
Tener un ano (sin importar tu género) y explorar el placer que éste nos puede proporcionar es muy sano. Siempre y cuando se tengan en cuenta unas medidas básicas de higiene, una preparación mínima y, por supuesto, el deseo y consentimiento de las partes implicadas.
¿CÓMO DOY EL PRIMER PASO?
Podría decirte que hagas eso de no saber nadar y tirarte a la piscina donde cubre, o lo que es lo mismo, que te separaras las nalgas y dejaras que entraran con ímpetu en tu recto, pero como profesional estaría cometiendo una gran imprudencia.
Además, como muchas otras cosas, contamos con la ventaja de poder dar un primer paso incluso en solitario, que a veces parece que hacerlo en la tranquilidad de nuestra soledad nos da más manga ancha a la experimentación, sin juicios, sin prisas, sin vergüenzas…
Antes siquiera de levantar el pie para ese paso, es imprescindible tener a mano un buen lubricante. Un alto nivel de excitación también favorece para que la experiencia sea más agradable. La paciencia es una gran compañera, y debe acompañarte siempre, en especial cuando estás explorando el sexo anal las primeras veces.
METO EL DEDO, ¿Y YA?
Sí, puedes meter el dedo y ya. Pero lo mejor es que juegues con éste suavemente hasta que el propio esfínter y la excitación te pidan más. Relájate y deja de tensar los músculos, de lo contrario te harás daño por más ganas que tengas.
Una vez los dedos se han quedado cortos, la postura te está destrozando o quieres probar algo más, puedes servirte de juguetes especializados en el placer anal y/o en su dilatación. Estos juguetes son los plugs anales. Y aquí abajo te dejo el vídeo que hicimos en Bimodu sobre el tema, para que encuentres ideas para disfrutar de ese sexo anal que estás descubriendo.
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Autora de la web «Mamá, no leas» Gwen es una excelente redactora. No se le escapa un punto fuera de sitio, y es capaz de detectar una falta de ortografía a 5 kilómetros de distancia. En erotic.cat tenemos la suerte de contar con ella para recomendaciones eróticas de lo más interesantes. No te pierdas a esta gran sexblogger.
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